¿Sabes la diferencia entre un rosado y un clarete?

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A menudo nos encontramos con personas que confunden y dan por iguales los vinos rosados y los claretes, pero no, no son lo mismo. De hecho, existen diferencias debidas a los tipos de uva empleados, su proceso de elaboración e incluso, su edad.

Y si no tienes claras las diferencias o simplemente quieres dar un repasito a estos conceptos, hoy en nuestro blos te aclaramos las diferencias existentes entre ellos.

Las variedades de uva

Cómo comentábamos, la primera gran diferencia que existe entre rosados y claretes, son los tipos de uvas a emplear.

Para elaborar un vino rosado, optaremos por uvas tintas. Sí, tintas. El característico color de los vinos rosados, se obtiene gracias al tiempo que el mosto pasa en contacto con los hollejos de la uva. Así, en vinos rosados con un color más intenso y característico tipo ‘rosa frambuesa’, el mosto ha pasado más tiempo que en el caso de vinos rosados más pálidos, del estilo ‘piel de cebolla’. Por eso, podríamos decir muy resumidamente y abriendo un inmenso abanico de matices que los vinos rosados son vinos tintos elaborados siguiendo el sistema de los vinos blancos.

En el caso de los vinos claretes, además de usar uvas tintas, también añadiremos variedades de uva blanca en diferente porcentaje (al menos deberán contener un 25% de uvas tintas). 

Una creencia ampliamente extendida sobre los vinos claretes es que se elaboran a partir de la mezcla de vinos tintos y blancos. Esta afirmación es errónea. De hecho esta práctica está prohibida por la Comunidad Europea y sólo se permite la mezcla de racimos blancos y tintos o sus mostos, nunca vinos ya elaborados.

Diferencias en los procesos de elaboración de los vinos rosados.

En los procesos de elaboración también vamos a encontrar diferencias.

En el caso de los rosados se pueden producir gracias a dos tipos de elaboración diferentes: la prensa y el sangrado.

En el primer caso, en los rosados de prensa, el proceso es idéntico a la elaboración de los vinos blancos pero añadiendo uvas tintas, mientras que en el sangrado, las uvas van directas al depósito sin pasar por la prensa. Una vez completamente lleno, dejaremos que las uvas se vayan ‘exprimiendo’ por gravedad y extraeremos la parte líquida del depósito dejando en el contenedor, las uvas enteras.

En el caso de los claretes, también encontraremos dos sistemas de elaboración ya que podemos emplear la técnica del sangrado y en otras ocasiones, podremos partir de las uvas tintas y su mosto, para luego rellenar el depósito con mosto de variedades blancas.

Edad del vino rosado

No sólo los tintos pueden clasificarse por edad en vinos jóvenes, crianzas, reservas y grandes reservas, también los rosados y claretes pueden organizarse de este modo, según los estándares temporales de cada denominación de origen.

Así encontraremos vinos con diferencias significativas en función del tiempo de envejecimiento de los vinos en barrica y en botella, encontrando rosados y claretes:

  • Jóvenes o ‘del año’ sin tiempo en la barrica o no el suficiente para ser considerados “crianza”. Son los más habituales y se suelen consumir en el año de producción o el siguiente.
  • Los ‘semi-crianza’ o ‘roble’ son vinos que han pasado menos de seis meses en la barrica sin llegar a los periodos de crianza, teniendo vidas un poco más largas que la de los vinos jóvenes.
  • Los ‘crianza’ se suelen comercializar en su tercer año de vida tras pasar, al menos, un año en barrica.
  • ‘Reserva’ es el rosado o clarete que ha sido sometido al menos a tres años completos de envejecimiento. 
  • Rosados y claretes ‘gran reserva’ solo encontramos de cosechas excepcionales y se caracteriza porque para su elaboración es necesaria uva de gran calidad y permanecen, como mínimo, dos años en barrica y tres en botella. Este tipo de vinos rosados y claretes son escasos y no muy habituales.

El rosado de Bodegas Luzón: Luzón Colección Rosado

En nuestro caso particular, la uva de la que obligatoriamente tenía que partir nuestro ‘Luzón Colección Rosado era sin duda, la Monastrell.

El método de elaboración en este caso es el del tipo “prensado” que os explicábamos antes. 

La vendimia se realiza de madrugada para preservar la temperatura de la uva. De ese modo evitamos que la uva fermente antes de llegara a la bodega. Se separa el raspón y el grano se somete a un ligero prensado, tras el cual, el mosto yema se desfanga y clarifica (es decir, se limpia) y va a parar a depósitos de acero inoxidable que nos permiten controlar la temperatura del mosto que hay en su interior (en ese momento no es posible llamarle vino), y tras 15-20 días y haber realizado su fermentación alcohólica, se embotella y tenemos listo nuestro Luzón Colección Rosado. Un rosado joven, de color salmón, con expresivos y sugerentes aromas a frutas rojas (cerezas, guindas) y flores.

Un vino cuya boca destaca por su gran equilibrio, de refrescante acidez, cuerpo medio y textura delicada, sin aristas, con un final de boca dulce y refrescante, con sabores que permanecen en el paladar recordando a caramelos de cereza y confituras.

¿Y vosotros? ¿Lo habéis probado?